Sogna ragazzo sogna - Roberto Vecchioni
E ti diranno parole
rosse come il sangue, nere come la notte
ma non è vero, ragazzo,
che la ragione sta sempre col più forte;
io conosco poeti
che spostano i fiumi con il pensiero,
e naviganti infiniti
che sanno parlare con il cielo.
Chiudi gli occhi, ragazzo,
e credi solo a quel che vedi dentro
stringi i pugni, ragazzo,
non lasciargliela vinta neanche un momento
copri l'amore, ragazzo,
ma non nasconderlo sotto il mantello;
a volte passa qualcuno,
a volte c'è qualcuno che deve vederlo.
Sogna, ragazzo, sogna,
quando sale il vento nelle vie del cuore,
quando un uomo vive per le sue parole
o non vive più.
Sogna, ragazzo, sogna,
non lasciarlo solo contro questo mondo,
non lasciarlo andare, sogna fino in fondo,
fallo pure tu!
Sogna, ragazzo, sogna,
quando cala il vento ma non è finita,
quando muore un uomo per la stessa vita
che sognavi tu.
Sogna, ragazzo, sogna,
non cambiare un verso della tua canzone,
non lasciare un treno fermo alla stazione,
non fermarti tu!
Lasciali dire che al mondo
quelli come te perderanno sempre,
perché hai già vinto, lo giuro,
e non ti possono fare più niente.
Passa ogni tanto la mano
su un viso di donna, passaci le dita;
nessun regno è più grande
di questa piccola cosa che è la vita.
E la vita è così forte
che attraversa i muri senza farsi vedere;
la vita è così vera
che sembra impossibile doverla lasciare;
la vita è così grande
che "quando sarai sul punto di morire,
pianterai un ulivo,
convinto ancora di vederlo fiorire".
Sogna, ragazzo sogna,
quando lei si volta, quando lei non torna,
quando il solo passo che fermava il cuore
non lo senti più.
Sogna, ragazzo, sogna,
passeranno i giorni, passerrà l'amore,
passeran le notti, finirà il dolore,
sarai sempre tu...
Sogna, ragazzo sogna,
piccolo ragazzo nella mia memoria,
tante volte tanti dentro questa storia:
non vi conto più.
Sogna, ragazzo, sogna,
ti ho lasciato un foglio sulla scrivania,
manca solo un verso a quella poesia,
puoi finirla tu.
E ti diranno parole
rosse come il sangue, nere come la notte
ma non è vero, ragazzo,
che la ragione sta sempre col più forte;
io conosco poeti
che spostano i fiumi con il pensiero,
e naviganti infiniti
che sanno parlare con il cielo.
Chiudi gli occhi, ragazzo,
e credi solo a quel che vedi dentro
stringi i pugni, ragazzo,
non lasciargliela vinta neanche un momento
copri l'amore, ragazzo,
ma non nasconderlo sotto il mantello;
a volte passa qualcuno,
a volte c'è qualcuno che deve vederlo.
Sogna, ragazzo, sogna,
quando sale il vento nelle vie del cuore,
quando un uomo vive per le sue parole
o non vive più.
Sogna, ragazzo, sogna,
non lasciarlo solo contro questo mondo,
non lasciarlo andare, sogna fino in fondo,
fallo pure tu!
Sogna, ragazzo, sogna,
quando cala il vento ma non è finita,
quando muore un uomo per la stessa vita
che sognavi tu.
Sogna, ragazzo, sogna,
non cambiare un verso della tua canzone,
non lasciare un treno fermo alla stazione,
non fermarti tu!
Lasciali dire che al mondo
quelli come te perderanno sempre,
perché hai già vinto, lo giuro,
e non ti possono fare più niente.
Passa ogni tanto la mano
su un viso di donna, passaci le dita;
nessun regno è più grande
di questa piccola cosa che è la vita.
E la vita è così forte
che attraversa i muri senza farsi vedere;
la vita è così vera
che sembra impossibile doverla lasciare;
la vita è così grande
che "quando sarai sul punto di morire,
pianterai un ulivo,
convinto ancora di vederlo fiorire".
Sogna, ragazzo sogna,
quando lei si volta, quando lei non torna,
quando il solo passo che fermava il cuore
non lo senti più.
Sogna, ragazzo, sogna,
passeranno i giorni, passerrà l'amore,
passeran le notti, finirà il dolore,
sarai sempre tu...
Sogna, ragazzo sogna,
piccolo ragazzo nella mia memoria,
tante volte tanti dentro questa storia:
non vi conto più.
Sogna, ragazzo, sogna,
ti ho lasciato un foglio sulla scrivania,
manca solo un verso a quella poesia,
puoi finirla tu.
Sueña muchacho sueña - Roberto Vecchioni
Y te dirán palabras
rojas como la sangre, negras como la noche
pero no es verdad, muchacho,
que la razón está siempre con el más fuerte;
yo conozco poetas
que desvían los ríos con el pensamiento,
y navegantes infinitos
que saben hablar con el cielo.
Cierra los ojos, muchacho,
y cree sólo en lo que ves dentro
aprieta los puños, muchacho,
no te des por vencido ni siquiera un momento
cubre el amor, muchacho,
pero no lo escondas bajo la capa;
a veces pasa alguien,
a veces hay alguien que debe verlo.
Sueña, muchacho, sueña,
cuando se alza el viento en las vías del corazón,
cuando un hombre vive por sus palabras
o no vive más.
Sueña, muchacho, sueña,
no le dejes solo contra este mundo,
no le dejes marchar, sueña hasta el fondo,
¡hazlo tú también!
Sueña, muchacho, sueña,
cuando se calma el viento pero no se ha terminado,
cuando muere un hombre por la misma vida
que soñabas tú.
Sueña, muchacho, sueña,
no cambies ni un verso de tu canción,
no dejes ni un tren parado en la estación,
¡no te pares tú!
Déjales decir que en el mundo
aquéllos como tú perderán siempre,
porque ya has vencido, lo juro,
y ya no pueden hacerte nada.
Pasa de vez en cuando la mano
sobre el rostro de una mujer, pásale los dedos;
ningún reino es más grande
que esta pequeña cosa que es la vida.
Y la vida es tan fuerte
que atraviesa los muros sin dejarse ver;
la vida es tan verdadera
que parece imposible tener que dejarla;
la vida es tan grande
que "cuando estés a punto de morir,
plantarás un olivo,
convencido aún de verlo florecer".
Sueña, muchacho, sueña,
cuando ella se da la vuelta, cuando ella no regresa,
cuando el único paso que paraba el corazón
no lo oyes más.
Sueña, muchacho, sueña,
pasarán los días, pasará el amor,
pasarán la noches, acabará el dolor,
siempre serás tú...
Sueña, muchacho, sueña,
pequeño muchacho en mi memoria,
tantas veces tantos dentro de esta historia:
no os cuento más.
Sueña, muchacho, sueña,
te he dejado una hoja en el escritorio,
sólo falta un verso en ese poema,
puedes terminarlo tú.
Y te dirán palabras
rojas como la sangre, negras como la noche
pero no es verdad, muchacho,
que la razón está siempre con el más fuerte;
yo conozco poetas
que desvían los ríos con el pensamiento,
y navegantes infinitos
que saben hablar con el cielo.
Cierra los ojos, muchacho,
y cree sólo en lo que ves dentro
aprieta los puños, muchacho,
no te des por vencido ni siquiera un momento
cubre el amor, muchacho,
pero no lo escondas bajo la capa;
a veces pasa alguien,
a veces hay alguien que debe verlo.
Sueña, muchacho, sueña,
cuando se alza el viento en las vías del corazón,
cuando un hombre vive por sus palabras
o no vive más.
Sueña, muchacho, sueña,
no le dejes solo contra este mundo,
no le dejes marchar, sueña hasta el fondo,
¡hazlo tú también!
Sueña, muchacho, sueña,
cuando se calma el viento pero no se ha terminado,
cuando muere un hombre por la misma vida
que soñabas tú.
Sueña, muchacho, sueña,
no cambies ni un verso de tu canción,
no dejes ni un tren parado en la estación,
¡no te pares tú!
Déjales decir que en el mundo
aquéllos como tú perderán siempre,
porque ya has vencido, lo juro,
y ya no pueden hacerte nada.
Pasa de vez en cuando la mano
sobre el rostro de una mujer, pásale los dedos;
ningún reino es más grande
que esta pequeña cosa que es la vida.
Y la vida es tan fuerte
que atraviesa los muros sin dejarse ver;
la vida es tan verdadera
que parece imposible tener que dejarla;
la vida es tan grande
que "cuando estés a punto de morir,
plantarás un olivo,
convencido aún de verlo florecer".
Sueña, muchacho, sueña,
cuando ella se da la vuelta, cuando ella no regresa,
cuando el único paso que paraba el corazón
no lo oyes más.
Sueña, muchacho, sueña,
pasarán los días, pasará el amor,
pasarán la noches, acabará el dolor,
siempre serás tú...
Sueña, muchacho, sueña,
pequeño muchacho en mi memoria,
tantas veces tantos dentro de esta historia:
no os cuento más.
Sueña, muchacho, sueña,
te he dejado una hoja en el escritorio,
sólo falta un verso en ese poema,
puedes terminarlo tú.
1 comentarios:
Una letra única, jamás escrita... Llena de fuerza y amor por la vida... Preciosa. T'estimaré sempre!
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